lunes, 29 de abril de 2013

Astral Bobby

Bobby había escuchado muchas cosas místicas en su vida.
"Mis chakras están alineados porque he estado meditando, ahora sí puedo desdoblarme" decían sus compañeros de trabajo.
"Admiro tu disciplina, bueno yo he decidido practicar el respiracionismo" le respondía el amigo.
"Oigan, esperen, creo que he alcanzado la budeidad" afirmaba el tercero.
Pero nunca participaba de estas conversaciones.
Bobby quería saber si todo lo que había oído era cierto o hasta dónde era todo esto cierto.
Al inicio pensaba que eran loquitos. Luego, cuando escuchó más atentamente y se dio cuenta que lo que decían tenía algo de sentido, empezó a confundirse. Ya no sabía si creer o no.

Entonces Bobby un día decidió tomarse un viaje en búsqueda de la verdad.
Pasaron unos días, hizo todo lo que había que hacer para estar preparado, dejó su trabajo, se despidió de su esposa y se echó cómodamente en su lecho.
Cerró los ojos y lentamente empezó a recordar los diálogos de sus amigos:
"...y cuando ya no te puedas mover, en vez de asustarte, alégrate!" "...invoca a todos tus ángeles y protectores..."
Pasaron 5 minutos y empezó a sentir que ya no podía moverse, sintió un sonido de una frecuencia muy muy alta que resonaba dentro de su cabeza e hizo lo que recordó.
"...salta pero no muy fuerte..." Y de pronto sintió que se había desprendido de su cuerpo, y efectivamente, Bobby logró desdoblarse.
 Bobby pudo ver y hacer muchas cosas fuera de lo normal, veía muchos colores difuminados, veía siluetas de personas, pero solo su espectro, podía movilizarse muy rápidamente.
Cuando bajó la mirada y vio su propio cuerpo echado en su cama se asombró mucho, tanto que de pronto regresó, estaba en su habitación y volvió a abrir los ojos.
Estaba agitado y sudando.

-Ahora entiendo- dijo.

sábado, 20 de abril de 2013

Marmota, the Butcher


Marmota era un carnicero como cualquiera, hijo de Mr. Chacota y Mrs. Maracuyá y tenía un sueño como el de cualquiera: quería ser feliz.
Vivía con comodidades en el campo, puesto que su padre, Master Chacota había sido ingeniero y había diseñado una máquina especial, que podía hacer todos los cortes del chancho en tan solo 3 segundos, que él había heredado, lástima que la usaba otro carnicero contratado por él. Y su madre, Mercedes Maracuyá, se había dedicado toda su vida a criar chanchos, lástima que era ciega y había elegido a los peores chanchos de entre todos. Ambos murieron trágicamente a causa de un megachancho en celo.
Entonces era un carnicero como cualquiera, más bien mediocre, con comodidades y con un sueño.

Un día, mientras estaba muy cómodamente echado sobre la hamaca, muy concentrado en cómo llevaría a cabo su misión, vislumbró una paloma blanca, que inmediatamente le cagó encima, y se quedó ciego, como su madre.
Así, creyó que esa era una buena señal para empezar: no podía llevar a cabo su misión cómodamente echado y esa habría sido una llamada de atención. Una llamada de atención bastante fuerte y blanca.

Antes de pararse de la hamaca, se encontró con un pequeño duende, quien le invitó 10 Hongos y Marmota, creyendo que eran los comestibles y que había sido uno de sus sirvientes niños, aceptó y se los comió, inmediatamente el duende desapareció.
Luego, mientras caminaba rumbo a la salida de su casa, se tropezó varias veces con los chanchos mutilados al costado de la máquina, pensando que eran los Chanchos-Trofeo que su padre coleccionaba para luego exhibirlos a sus amigos y ganar cierto respeto por la precisión de los cortes. Pero estos no eran los Chanchos-Trofeo, eran los chanchos recién cortados y evidentemente frescos.
Marmota se embarró de sangre de chancho y se dio cuenta de que le daba mucho asco ese líquido, un asco que había sentido desde siempre, pero que ahora podía sentir más ya que no veía nada, recordó vívidamente los momentos en los que se utilizaba esa máquina, y cómo él nunca quiso utilizarla. Empezó a recordar que él realmente no era carnicero, ya que nunca había hecho un solo corte en la vida: sentía amor por los chanchos. Había heredado todo de su padre, hasta el oficio y todos creían que realmente era un carnicero, hasta el narrador.
Entonces, en ese momento de claridad, nuevamente se tropezó y esta vez cayó dentro de la máquina y se salvó de la muerte, solamente le rebanaron el pene, los testículos y los oídos.
Marmota estaba empezando a desesperar, cuando de pronto, justo antes de llegar al umbral de la entrada, apareció una sirena llamada Karma trepada encima de uno de los pozos que tenía, y le dijo: “Hola, soy Karma, si quieres cumplir tu meta, debes escucharme atentamente, primero debes…”.
Él, entonces, por su olor pensó que era un pescador sucio y solo atinó a dar golpes al aire y gritar: “¡¡Tú has sido!! ¡Maldito!” hasta que se cayó dentro del pozo y murió ahogado y luego desangrado, o viceversa.

Moraleja: Si quieres sobrevivir, escucha a Karma
Moraleja 2: Antes de comer hongos, fíjate cuáles son.
Moraleja 3: Si no puedes ver y huele como a mar, cuidado, podría ser una sirena.

FIN

Surrealismo

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------________.
Bueno creo que mostraré un poco mi lado humorístico con algunos cuentos surreales...
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------________.

jueves, 18 de abril de 2013

Meditación

La meditación es una herramienta que ha sido utilizada en varias culturas ancestrales desde hace mucho mucho tiempo y se sabe que hace muy bien a la mente y al ser humano.
En estos tiempos modernos, parece ser que la meditación está empezando a ganar un poco más de importancia en Occidente, ya que en Oriente siempre ha tenido mucha importancia.

En Oriente siempre ha habido una fe en la meditación y en Occidente no.
La fe en la meditación que tenemos algunos occidentales no viene porque sí o porque nos aferremos ciegamente a un concepto nuevo porque hemos escuchado que nos salvará del sufrimiento; sino que viene con la experiencia, es increíble practicarla disciplinadamente, ya que tiene efectos inmediatos sobre la mente al hacerte entrar en un estado de paz/conciencia en el que es más fácil ordenar los procesos mentales e ir clasificando los pensamientos importantes de los que solo andan por ahí rondando. Y así poco a poco se podrá ir domando a la mente, ya que muy pocos de nosotros puede elegir qué pensar, cuándo, cuánto y qué no, eso es algo que nos sobrepasa y nos pesa.

Esto es mucho más importante de lo que se cree, o al menos de lo que suele creer la mayor parte de los occidentales y la "modernidad", puede haber un crecimiento intelectual mayor o un gran crecimiento tecnológico o muchos otros tipos de desarrollo que se tienen por muy positivos y la gente los celebra mucho...
Pero muy poco se habla sobre el crecimiento y desarrollo mental, porque al parecer las personas no han desarrollado mucho el control de su propia mente ni la compasión hacia los demás seres. No hay que mirar mucho parar darse cuenta, solo miremos las reacciones de las personas que nos rodean día a día, no se ven serenas o en calma, parece que sus mentes van a mil por hora, en automático y muchas veces no son conscientes de las cosas que dicen y/o hacen o no son conscientes de la manera en que expresan sus ideas, y todo esto es porque no meditan mucho o nada.
"Dar 7 vueltas a la lengua antes de hablar" se refiere a meditar sobre qué impacto va a tener ese comentario antes de soltarlo y cómo soltarlo.

Cuando uno medita disciplinadamente, puede ver claramente el desorden mental que existe en nosotros, todo el rato se nos cruzan pensamientos, recuerdos, proyecciones y cualquier cantidad de información que nos abruma y la idea de la constancia y disciplina de la meditación es poder ir refinando esto poco a poco y poder elegir pensar o no pensar y estar absorto en la absoluta paz.
Cuando se tiene a la mente domesticada ya nada se nos puede escapar de las manos, seremos seres mucho más conscientes y nuestra visión y compasión crecerá infinitamente.

lunes, 15 de abril de 2013

Evolución

El otro día le preguntaba a una amiga por dónde cree que debería ir la humanidad para seguir evolucionando junto con el planeta y su respuesta no me sorprendió: la conciencia.

Puede sonar un tanto obvio para algunos, o quizás estúpido para otros (para los que creen que puede ser la tecnología o demás cosas), pero no cabe duda que si queremos evolucionar a nivel colectivo (no verticalmente), debemos ser más conscientes con todas las cosas que hacemos, todos.

El otro día leí un artículo de las 10 multinacionales más peligrosas del mundo (http://ecocosas.com/eg/las-10-multinacionales-mas-peligrosas-del-mundo/) y obviamente conocemos a más de la mitad y consumimos sus productos a cada rato.
Por ejemplo, Coca-Cola, Phillip Morris, McDonalds, Nestlé, Pfizer y obviamente las petroleras.

Estamos ya tan familiarizados con esos nombres y con sus publicidades, colores, slogans, sabores, que nos parece atractivo y divertido, lo suficiente como para consumirlos. Y al consumirlos, ¿qué estamos haciendo exactamente?
Por ejemplo, al comprar una Coca Cola, no estás haciéndole un bien a nadie en el mundo, ni a ti mismo. Te estás intoxicando a una baja dosis, estás desperdiciando muchísima agua que podría estar tomando o usando la gente que la necesita (o sea todos en el mundo), estás apoyando a quizás la mafia más grande y millonaria del mundo, que supuestamente trae felicidad, cuando en realidad trae enfermedad, desigualdad, contaminación ambiental por montones, estás incubando algo grave, y millones de etcéteras más. Pero eso no importa mucho, ¿no?
Porque si es fin de semana, esa Coca Cola seguro la vas a combinar con un Ron y con hielo y te vas a poner todo alegre y te vas a olvidar de todo ese rollo de anti-conciencia que viene con la compra de tu maravillosa Coca-Cola heladita.

Y seguramente para acompañar esa Coca-Cola con ron, también vas a comprarte unos Philip Morris, o no necesariamente esa marca, pero igual, si te encuentras en una reunión social, seguro fumarás cigarrillos, cigarrillos que no solo te están destruyendo los pulmones, la garganta, las cuerdas vocales, la boca, la lengua, el cerebro y la vida. No solo estás haciendo eso, también estás haciéndoselo al de tu costado, que podría ser tu mejor amigo/a, tu novio, o quien sabe, tu hijo/a, y tú los quieres mucho y se los dices todo el rato, pero igual fumas en su cara. Y no solo al de tu costado, sino a todos dentro del lugar donde te encuentres, pero no importa, no? Porque seguramente todos o la mayoría también están fumando entonces ya no se siente. Ya acostumbraste a tu olfato a ese olorcito repugnante a nicotina cancerígena y todos también.

Pero ¿por qué nos hacemos esto, qué tenemos en la cabeza? ¿Es acaso puro egoísmo? ¿El famoso 'yo hago lo que quiero' de nuevo? ¿Es ese nuestro concepto de libertad? Pues esa es la libertad más egoísta e inconsciente que existe, pero nada de esto parece importar al momento de apoyar esta causa.
¿Porque quiero satisfacer mi 'necesidad' de fumar, mi 'necesidad' de Coca-Cola? Claro, como es una necesidad básica el fumar, o el beber azúcar con agua, mil químicos y burbujas....
O porque somos unos tremendos inconscientes y elegimos no pensar en lo que le estamos haciendo al planeta con cada compra o decisión 'chévere' que hacemos?

En una sola noche de 'juerga' estamos siendo realmente tan imbéciles. Gastamos a ver... pongamos un promedio bastante ajustado de 50 soles, que obviamente muchas veces es más, otras menos, pero en fin, imaginémonos que 50 soles será nuestro presupuesto para un juergón y te quedarás donde tu amigo/a para no gastar en taxis.

De esos 50, 20 van para trago, 10 para cigarros y 20 para comida. Y déjame adivinar, esos 20 soles para el trago no serán una chicha de jora, o un macerado de hierbas, o nada de eso, seguro será un ron, o un whiskey, o chelas, o qué se yo. Obviamente con gaseosa, porque la gaseosa es imprescindible, si te vas a intoxicar, intoxícate completo, con burbujas, azúcar y colores.

Y como la idea es perder la consciencia, también cómprate tus puchitos, esos que dejas regados por toda las avenidas y calles pensando "para eso barren todas las mañanas, pues huevón" siempre olvidando el "si no hubiera gente tan inconsciente como tú, no habría que limpiar nada en las calles".
Y cuando terminó la noche y ya no tienes idea de cuánto has contaminado las calles, tu cuerpo y el planeta, lo único que quieres es reponer tus energías y para eso vas a irte a un establecimiento que esté abierto a esas horas. Déjame adivinar... no comerás en un restaurante vegetariano ni tomarás una sopa ni recalentarás tu almuerzo, vas a irte a McDonalds, Burger King, Bembos, KFC, o Grifo.
Ahí terminarás de intoxicarte con todos los aceites reutilizados mil veces, y sobre todo, regalarle tu plata a los gringos, apoyar la obesidad en el mundo y claro la deforestación de selvas y explotación laboral.

Pero nada de esto importa aún, ¿no? ¿Qué más tiene que pasar para que importe? Ya has desperdiciado 50 soles, pero no es suficiente, nunca es suficiente, no? Si esa noche terminaste vomitando, es probable que recién pongas un límite y te digas: "ya... basta" pero eso nisiquiera sucede siempre, ya que existe la necedad humana y el deseo de autodestrucción.
¿Qué más tiene que pasar?
¿Que nos caiga el karma con todo su peso y nos regale un accidente, una enfermedad, la muerte? Y eso nisiquiera es lo peor, ¿o sí?
No nos olvidemos de todo lo que se ha explotado el planeta para que tú puedas divertirte esa noche, y no estoy exagerando, porque evidentemente el alcohol no salió de la tierra, ni los cigarros, ni la carne, nada salió de la tierra, todo salió de industrias después de millones de procesos y desechos y todo eso sigue contaminándonos, por más que no te des cuenta y a largo plazo, eso es aún más grave que la muerte, la muerte colectiva.
¿Por qué no vas y le das toda esa plata a los pobres niños que no tienen qué comer, o inviertes en algún proyecto de tipo social, por qué no empiezas a ayudar a la gente y te responsabilizas con el planeta?
PORQUE TODAVÍA NO DESPIERTAS
Porque el consumismo es tan devastador que ha cegado a casi toda la población y es por todo esto y muchas más cosas de falta de conciencia que todavía no podemos evolucionar como especie.
Y tampoco estamos dejando evolucionar a nuestro planeta.
¿Hasta cuándo?



viernes, 5 de abril de 2013

Didgeridoo

Hace muchos muchos años, unos tres mil años, una tribu australiana estaba descansando en lo más profundo de los bosques, cuando de pronto se escuchó un fuerte sonido como de hojas y troncos. Se paró el jefe de esta tribu y se acercó a ver qué era. De pronto se encontró con un viejo árbol de eucalipto tumbado en el suelo: se había quebrado desde la raíz.
El sol estaba empezando a ocultarse y se alegró mucho al ver esto porque justo se habían quedado sin leña para la noche y con este tronco caído ya no tendría que cortar la base que era lo que más demoraría.
Miró bien la raíz y se dio cuenta de que habían muchas termitas saliendo del interior del tronco y que este a su vez estaba hueco por dentro. Decidió que usaría las ramas pequeñas primero, ya que eran más fáciles de arrancar, y el resto del tronco lo dejaría para otras ocasiones.

Entonces agarró una rama bastante larga de este árbol, se dio cuenta que no iba a necesitar mucha fuerza para romperla y lo hizo.
Al romper esta rama, vio más termitas en su interior y al cargarlo sintió que pesaba muy poco: tenía muy poca madera.

El jefe de la tribu se empezó a preocupar, se estaba dando cuenta que este árbol había sido comido casi enteramente por las termitas y que no podría ser usado como leña. Pero quería estar seguro y pensó que tenía que sacar a las termitas del interior de esta rama para ver su contenido con mayor claridad.

Entonces puso su boca en uno de los extremos y sopló con mucha fuerza y al hacerlo sintió un profundo sonido que salía de esa rama, que él lo estaba produciendo sin querer, y las termitas volaron hacia el otro lado.
Había descubierto un instrumento que producía un sonido muy poderoso. Al ver esto, se asombró muchísimo, no entendió qué estaba pasando, pero se sintió muy bien al hacerlo y lo hizo muchas veces más, hasta que salieron todas las termitas.

Cuando regresó a su tribu, todos estaban esperándolo pensando que llegaría con la leña al hombro, pero se asombraron al verlo con un solo tronco entero y que se veía liviano.
Esa noche, el jefe de la tribu les presentó el nuevo instrumento que había conseguido, lo llamó Yidaki, y aunque no hubiera conseguido la leña, a los pobladores aparentemente no les importó mucho y se quedaron escuchando el nuevo sonido que había sido traído a su tribu, extrañamente calaba tan profundamente dentro de cada uno de ellos que se olvidaron del frío, empezaron a tocarlo apuntándose los unos a los otros, entendieron lo importante que era este descubrimiento y de lo que era capaz de hacer su profundo sonido, que podía curar cualquier mal y quitar cualquier molestia, incluyendo el mismo frío.