domingo, 26 de febrero de 2017

Silencio

http://katarimag.com/silencio-del-compositor-john-cage/

Hoy apareció este artículo en Internet y me detuve a leerlo. Es sobre el 4' 33 de John Cage, obra famosa en la que no se produce ningún sonido, son 4 minutos y 33 segundos de silencio.
Toda mi vida me reí y hasta me burlé de eso, porque no entendía.
Varios años después me he dado cuenta de todo lo que envuelve esto: el concepto del Silencio.
La música siempre ha sido una suma de sonidos y silencios, en la notación musical cada sonido tiene su silencio correspondiente. Pero el silencio va mucho más allá de todo lo aparente.

Según mi punto de vista, parece ser que en estos días la música compuesta no tolera los silencios, los silencios largos. Al menos la mayor parte de la música que escuchamos, se caracteriza por sus sonidos, por sus melodías, frases, y no por sus silencios. Es obvio que nos acordaremos más de las melodías y no de los silencios, pero detrás de esta realidad hay otra lectura también.
Al no tener ningún sonido esta obra, mucha gente o bien se incomoda ante la situación, o se ríe, pero difícilmente se da el tiempo para escuchar de verdad el silencio.
Escuchar el silencio es un desafío, pues vivimos en un mundo donde nuestros sentidos están siendo bombardeados siempre. Sobre todo en Lima, claro.
El silencio está más relacionado a la contemplación, reflexión, meditación. Es como si hubiera un miedo a quedarse en silencio en una conversación, por ejemplo, o un miedo a hacer una pausa en nuestras actividades, o sentirnos incómodos cuando hay que esperar en silencio, o miedo a escuchar el silencio.

La sabiduría oriental dice que la felicidad, y la liberación (Nirvana) tienen que ver con soltar nuestro ego, que es una ilusión. El ego es el que se aferra a escuchar una canción bonita, o probar una comida deliciosa, u oler un aroma tan delicioso como el de las rosas y hacer esto una y otra vez para sentirnos bien. Cuando nos damos cuenta que nos estamos aferrando a los sentidos en todo momento, tenemos posibilidades de cambiar este patrón. El patrón que hemos aprendido desde que hemos nacido: el de creer que el mundo siempre se experimentará mediante los sentidos y de que de eso se trata la vida.

Para experimentar otro mundo, podemos cerrar los ojos y darnos cuenta que hay un mundo interno tan grande e interesante como el mundo externo. Y no necesitamos nuestros sentidos para experimentarlo. Es de verdad otro mundo. Un mundo en el que no hay olores, sonidos, formas, texturas, sabores, pero que igual se puede experimentar: es ahí donde entramos a escuchar el silencio.

Y en torno a eso es que John Cage decidió dejar su ego a un lado en esta obra. Ya no es el músico o compositor el que guía la experiencia musical, ni siquiera un poco. Es el propio espectador, quien siempre está a la espera de algo, algo que venga de afuera y lo sorprenda, lo sensibilice y facilite que pueda tener experiencias profundas, el que creará su experiencia por completo, sin ser guiado. En el silencio uno puede sentirse vacío, perdido, incómodo, confundido, o también puede apreciarlo, encontrarse y meditar, encontrar felicidad dentro. Solo hay que cambiar el foco.

Si la música tuviera más momentos de silencio, ¿sería aburrida? ¿por qué? ¿qué quiere decir que una música sea aburrida? ¿qué nos despierta internamente? ¿tendrá algo que ver con nuestra madurez? ¿tendrá que ver con los tiempos modernos en que vivimos? ¿Por qué nos cuesta tanto mirar para adentro, escuchar el silencio?

Gracias John Cage por tu aporte.
Aprendamos a escuchar el silencio.

Paz.