jueves, 29 de noviembre de 2012

Dejarlo todo

Qué pasaría si te dan a escoger entre:
Mudarte a un lugar alejado de la sociedad, donde no vayas a tener mucha diversión, muchos amigos, mucha plata, pero sí tranquilidad, aire puro, tiempo para meditar y las comodidades básicas O seguir con tu estilo de vida citadina, donde siempre vas en búsqueda de diversión, distracciones, cobrar, gastar, siempre acompañado, pero poca tranquilidad, el aire más denso de respirar y demasiadas comodidades innecesarias.
La vida existe en cualquier rincón del planeta. Hay tantos lugares en el mundo deshabitados, podríamos poblarlos, construir una sociedad diferente de a poquitos. O podemos seguir amontonándonos, viviendo unos encima de otros, solo por cuestiones de comodidad, por más absurdo que suene.
La ciudad se ha vuelto un verdadero caos, por cualquier lugar por donde lo miremos, nuestros 5 sentidos los tenemos totalmente atrofiados: respiramos humo de gasolina en cantidades gigantescas, miramos banners de publicidades que intentan convencernos en todo momento, todas las modas, cada una mas huachafa e innecesaria que la otra, comemos comida artificial con al menos 10 ingredientes de los cuales no tenemos idea, porque son hechos en fábricas, pero claro, siempre son 'optimos para el desarrollo', han atrofiado tanto nuestro gusto que ya no podemos apreciar el sabor de un plátano, o una manzana, nada de frugos ni pulp, simplemente la fruta de la tierra. Luego el tacto... gran parte la pasa casi todo el día tecleando plástico, o vendiendo plástico, o imprimiendo papeles, o manipulando máquinas de metal o más plástico, casi todo lo que tocamos en el día, excepto por los apretones de mano, es materia muerta, sentimos muy poco lo natural, excepto por los masajistas, algunos terapeutas y un puñado de otros. Y luego el oído... esto es lo peor, escuchando a cada persona con su carácter explosivo, quejas, chismes en el carro, la música que te ponen en la radio, que seguro ya te sabes todas de memoria, porque como dice mi gran amigo Rodrigo Raez: están usando la música para controlarte. Y todas las cosas que escuchas en un día, te empiezan a parecer cotidianidades, como que bueno, así es el mundo, hay que conformarse, y todos los días lo mismo, todos los días lo mismo, todos los días lo mismo.... Y mi buen amigo Rodrigo se estaba olvidando de algo, es que están usando todos TUS SENTIDOS para controlarte, porque es ahí donde eres más vulnerable, te ponen la carnada al frente todo el rato y lo único que haces es caer y cada vez te tienen más atrapado, desangrandote por el anzuelo que ya te agarró.
Y todo eso sucede en cualquier sociedad moderna, o en cualquier sociedad capitalista, o en cualquier lado, menos en la naturaleza pura.
Si vives en la montaña más alta de los Himalayas, o de los Andes, o en la selva virgen, o en el campo, o en cualquier lugar del mundo habitable sin ser muy explorado (o sea con comida y agua cerca) de seguro sobrevivirás y aprenderás mucho y no solo eso, serás libre y te purgarás lentamente. A menos de que viviendo en la ciudad, te hayas dado cuenta y realmente te esfuerces por salir de todas las tentaciones que se te interponen todo el rato, teniendo una fuerza de voluntad increíble y sabiendo discernir muy bien. Pero de todas maneras siempre te vas a querer dar un gusto y te vas a autoengreir, porque está ahí cerca, al alcance de cualquiera, siempre, por ejemplo, una salchipapa o un pollo a la brasa o un chifa. Y no lo necesitamos, lo sabemos, pero nuestro ego nos sobrepasa y queremos satisfacer ya mismo ese hambre, que en realidad no es hambre, no?
Quizás haga bien, de vez en cuando, dejarlo todo, por más que nos aterremos ante la idea, si hacemos un examen minucioso de qué estamos dejando nos daremos cuenta que hay más pros que contras y que solo nos quedamos porque estamos cómodos donde estamos, creyendo que somos libres, cuando no lo somos ni un poquito. Nos estamos aferrando demasiado a lo material, al ancla de la existencia, y gran parte de la culpa la tiene la sociedad que nos envuelve y nos convence en que sus costumbres están bien, para mantenernos bajo control, empezando por invadir nuestros sentidos.
Total, nosotros somos nuestros sentidos, ¿no? ¿o hemos sido engañados toda la vida?
En fin...




lunes, 19 de noviembre de 2012

Polaridad apocalíptica

Pasará algo o no pasará nada? cambiará algo o no cambiará nada?
ya pasó algo o todavía no pasa nada? cambió algo o todavía no cambia nada?
está pasando algo o no está pasando nada? está cambiando algo o no está cambiando nada?
El mundo se ha dividido, como siempre, en dos. Los que creen y los que no. Los pro apocalípticos que en un mes tomarán medidas para sobrevivir y los que no creen que vaya a pasar nada, que no tomarán medidas.
Y si lo tomamos como un tema realmente serio, veremos que el futuro del planeta que hemos creado en nuestras cabezas en los últimos años es completamente distinto entre los dos tipos de creencias.
Los que creen en el fin del mundo el 21 de diciembre (comienzo de una nueva era el 22), están viajando a las alturas, reservando comida, provisiones y mentalmente preparados para alguna eventual catástrofe. Los que no creen en el fin del mundo siguen viviendo sus vidas exactamente igual y no se preocupan por nada, porque todo va a seguir siendo exactamente igual.
Si a inicios de este año (incluso desde mucho antes) ya había un grupo de personas preparadas para refugiarse en las alturas como medida preventiva, y una vez ocurrido lo que fuese a ocurrir tomaría un rol importante o decidiría cuál sería el siguiente paso, entonces definitivamente este grupo no estaría pensando que en el 2013 seguirían todas sus actividades normalmente, porque este posible futuro no sería el que ocurriría.
E igualmente, las personas que no están preparadas y que no creen que una megacatástrofe como estas pueda suceder y dejar al planeta en ruinas, siguen viviendo sus vidas de la misma manera, no están alarmados y creen que el 2013 va a ser un año nuevo como todos los anteriores, sin nada especial.

Y bueno, ya estamos a un mes, ¿no? Si eres de los que creen que algo va a cambiar con la tierra el 21 de diciembre, estás a tiempo de irte a las alturas. Si no eres de los que creen que algo va a cambiar con la tierra, entonces puedes quedarte cómodo donde estés, incluso en la costa si quieres.
Y si eres de los que no saben en qué creer, que las dos son igual de posibles, entonces estás viviendo una doble vida, con 2 futuros posibles dando vueltas en la cabeza... vivir con la incertidumbre debe ser lo más difícil.

¿Es necesario destruir para volver a construir?
¿Quién puede frenar a todos los millonarios del mundo de toda la contaminación que se está causando si no es la misma Tierra?
¿Nos salvaremos todos? ¿Se salvarán solo los que tengan que sobrevivir?

viernes, 16 de noviembre de 2012

Tristeza

Hay que reconocer la tristeza para transmutarla, sin reconocimiento se estanca, echa profundas raíces y duele silenciosamente... Infinitas razones para estar triste, apenado, y de igual modo, infinitas razones para estar feliz, sonriente, pero primero hay que desempolvar, examinar el origen de la tristeza.

Cuando tienes expectativas muy altas de las personas que más quieres, sufres. Y seguramente las tienes muy altas porque sabes lo que valen y de lo que son capaces si realmente se esforzaran, sabes que tienen mucho que dar.
Yo quiero que esta persona supere sus traumas, miedos, fobias, ansias y apegos y seguramente esta persona también lo quiere hacer. (¿Lo quiere hacer en un nivel muy profundo de su subconsciente o lo quiere hacer de una vez, decidido, conscientemente, asumiendo cada paso?)

Todas las personas tienen un tiempo de maduración, entienden ciertas cosas mejores que otras, cada una tiene que experimentar distintas vivencias para darse cuenta de ciertas cosas que quizás otros se dieron cuenta antes, para mejorar ciertos aspectos mentales y finalmente ser más felices y sabios, progresivamente.
Es todo un proceso el del aprendizaje, no podemos empujar a las personas a que hagan tal o cual cosa o crean en tal o cual otra y esperar que lo hagan de inmediato, o que simplemente lo hagan porque se los digamos, por más que tengamos la mejor intención del mundo, por más que estemos completamente seguros que nuestra sugerencia es la que le va convenir más y le va a traer más satisfacción para su situación... siempre va a haber una resistencia de la otra parte, y esa resistencia es un dilema que tiene que ocurrir dentro de la cabeza de uno mismo, con todos los procesos internos que se requieran, siempre va a estar ese pedazo de mente antigua que no va a querer cambiar y dejar sus viejos hábitos porque es en ese momento tienes que confrontarte contigo mismo... y eso nadie te lo puede enseñar.
Llega un momento en el que tenemos toda la información en bruto dando vueltas en nuestras cabezas y en un momento mágico de sorpresa, (o de fuerza de voluntad), oh, sinapsis, entendí aquella cosa que me asediaba por tanto tiempo y la transmuté en un aprendizaje.

Y qué pasa cuando depositamos mucha fe en algunas personas, de que pueden todavía cambiar, corregirse, mejorar, hacer cosas realmente productivas, y no lo hacen? Decepción, pena, tristeza. Entonces ¿para qué molestarse en tratar de ayudar, si están bien solos? si el gigantesco ego dice todo el rato: "yo estoy bien con mis hábitos", "a mi nadie me los cambia", "qué te metes tú", etc.
Cuando es una persona, duele, cuando es un grupo, hinca en el alma, cuando es toda una sociedad, deprime silenciosamente.

Para qué molestarse entonces en querer que la gente supere sus traumas, miedos, apegos, ansias, problemas, si ellos mismos no los quieren superar, si van a seguir postergando su voz interior hasta que se haga más difícil, si el resultado final va a ser que uno, esperanzado en los demás, se deprima y esté triste por ellos.
Esta es la raíz de la tristeza colectiva. O al menos de la mía.