martes, 8 de septiembre de 2015

Conociendo Tailandia...


Parte IV
Bangkok
Turismo

Día I
Después del retiro de meditación, nos soltaron, me quedaba 1 semana para conocer Tailandia, así que junto con algunos chicos decidimos viajar por ahí, hacer un poco de turismo. Estuvimos compartiendo con los colombianos, Farid y Rafa. Nos hospedaríamos en el hostal de Rafa, Thrive the hostel. La van nos dejó en la estación del SkyTrain y tomamos el tren Kalina, Louise, Farid, Rafa, Catherine y yo.





Apenas entramos, la temperatura bajó como unos 20 grados, entramos a un refrigerador-tren.
Todos eran muy asiáticos, era increíble, ahora sí me sentía en Asia, pues antes habíamos estado totalmente (literalmente) aislados, viendo las mismas caras todos los días y la mayor parte de la gente del retiro no era de Asia. Fue sorprendente el choque, todos estaban con sus smartphones, como toda ciudad moderna. El tren era bastante moderno y a medida que íbamos más hacia el corazón de Bangkok, veíamos lo desarrollada que es esta ciudad. Las chicas se fueron bajando en sus estaciones y nos quedamos Farid, Rafa y yo. Antes de despedirnos habíamos quedado en ir al BACC (Bangkok Art and Culture Centre) en un par de horas a ver qué había. Llegamos al hostal, hicimos check-in, dejamos las cosas, tomamos una siesta (o creo que no) y fuimos al BACC.
Nos encontramos con Louise y los demás no llegaban, y como nos moríamos de hambre, fuimos a buscar dónde comer. Estábamos en la zona más "nice" de bangkok, no había ningún ambulante ni restaurancito ni "algo al paso" así que tuvimos que entrar a un súper mall llamado MBK. Era gigantesco, tenía 6 pisos y empezamos a acostumbrarnos a ver a la reina en todos lados.

                                                    


Llegamos al piso 5 y ahí era el patio de comidas. Habían demasiadas opciones. Estuvimos viendo y llegamos a una que era "vegetarian thai food" y era extremadamente barato, 50 baht el plato super bien servido (como USD 1,5). Era una porción de arroz y luego elegías 2 guisos para ponerle a los lados. Nosotros confiados le metimos de todo. Cuando nos sentamos a comer, era ultra-súper picante. Pero todo estaba fríamente calculado, porque venía con un te helado con mucho mucho azúcar, "thai style". Entonces después de un par de cucharadas de comida, tomabas un sorbo y se neutralizaba todo, como por arte de magia. Solamente tenías que calcular bien tus sorbos porque si se te acababa el refresco (y pasó), volvía el infierno... Bueno, mientras terminábamos llegaron Salwa, Aya, Julia y Catherine, y también pidieron comida.
Cuando terminamos, fuimos al BACC todos y ahí nos encontramos con las que faltaban del grupo, Kalina y Jelena. Estaba bonito el museo, habían varios pisos. bastante arte y tiendas.






Cuando terminamos de ver todo, nos despedimos de Jelena y Louise quienes tenían un vuelo en algunas horas y me fui con Salwa y Aya a Khaosan Road. Estaba atardeciendo y otra vez, Bangkok nos regaló este bello paisaje:

 

Me habían hablado mucho de esa calle, khaosan road. Parece que es el mercado más grande y conocido que tiene Bangkok. Es un paseo que está lleno de cualquier cosa que te puedas imaginar. Hay ropa muy bonita y barata, restaurantes, bares, comida, ambulantes, masajes al paso, artesanías, instrumentos, insectos fritos, vida nocturna, todo...




Aya viajaba esa noche también así que la acompañé a comprar cosas, y Salwa y yo también compramos algunas cosas. En tailandia el regateo es increíble.
Funciona más o menos así:
Preguntas por algo y te dicen por ejemplo:
"300 baht" y tu dices: "oooh....." y por decir ese "oooh..." te dicen al toque: "250 baht" (o menos) y le dices: "150 baht" y te dicen "oooooh.... nooo, 180 baht" - "160 and I buy" y te dicen: "ok"
Así que hemos hecho los cálculos con los chicos, y uno regatea más o menos entre 33% y 50% y aún así los vendedores ganan. Todo está inflado, al menos en Khaosan Road.

Algunos budas que vendían por ahí

Nos despedimos de Aya, es un amor de persona, una joya realmente, y de Julia, pues tenían su vuelo en la noche y madrugada, respectivamente. Luego nos encontramos con el resto de la tribu y nos fuimos a tomar unos jugos en un restaurante vegetariano, nos encontramos a un mexicano que vivía ahí (y estaba hospedando a una de las chicas) y nos empezó a hablar de algunos datos interesantes de bangkok. Lo único que recuerdo es que nos dijo que Siam, el barrio donde estaba nuestro hostal, era el barrio gay de bangkok. Bueno, luego nos fuimos los 3 al hostal porque estábamos muertos y Farid decidió dar una vuelta a conocer los alrededores... Caminamos media cuadra después de nuestro hostal y apareció un pasaje que se veía bonito. En la esquina había un barcito que tenía unas mesitas afuera y gente conversando tranquila, así que decidimos entrar por este pasaje. Caminamos y un par de locales más allá vimos un lugar que decía algo así como "Boys Spa" y en la puerta vimos unos chicos bastante arreglados y mostrando sus músculos. Pensamos... "será que es un spa solo para hombres?? o es que ahí solo te atienden hombres...?" Seguimos caminando, doblamos a la izquierda y de pronto me acordé: "siam es el barrio gay..." y empezaron a aparecer unos Thai muy interesados en nosotros, con muy poca ropa, y les dije: "chicos este es el barrio gay, caminen rápido" y realmente se nos empezaron a tirar encima, a Farid le acariciaron el brazo y por ahí le metieron mano, mientras que yo tuve que esquivar a muchos. Fue una escena muy chistosa, y finalmente logramos atravesar el pasaje y salimos... Nos reímos mucho, eran muy avezados y todo fue muy loco...
Llegamos al hostal y dormimos, había una chica de China en nuestro cuarto, pues era un cuarto de 4 camas y nosotros éramos 3.

Día II


Habíamos quedado en encontrarnos con Anca, Zsolt y Kali para visitar los templos. Cuando salimos del hostal, en la estación del Sky Train había un músico tocando un instrumento increíble, tailandés.
Era como una gaita, pero hecha con cañas de bambú, el sonido se mantenía como un acorde largo, constante y cambiante... Le tomé foto, le di plata, tomamos el Sky train y nos encontramos con nuestros amigos. 
Caminamos bastante por las calles de Bangkok, cruzamos un rio, hasta que llegamos a un museo/memorial de la vida y pertenencias de la anterior reina.

Luego tomamos un Tuk Tuk a Khaosan Road. Un Tuk Tuk es como un moto-car, pero súper típico Tailandés. Es con precio negociable, como un taxi sin taxímetro, y por lo general sale un poco más caro que un taxi en Tailandia (que son bien baratos y funcionan con taxímetro). Lo interesante es que los tailandeses llenan los Tuk tuk como si fueran camiones de carga. Se supone que entran 3 personas, pero de alguna manera hacen que entren 5 o 6, y también lo llenan de compras, es increíble...
Con los tuk tuk (y sobre todo acá) también se regatea. Por lo general te dicen un precio altísimo (y sobre todo si te ven gringo, o no tai) y a estos sí tienes que regatearles de frente a la mitad, y si no atracan pues subes un poquito y queda en 2 tercios del precio inicial...
Lo chévere es que cuando tomas un Tuk tuk, vas a la aventura, sabes que vas a tener una buena dosis de adrenalina, pues manejan de una manera increíble, se meten por todos lados, en realidad manejan como en Perú, con la diferencia de que en bangkok solo los tuk tuk manejan rápido y alocados. Aún así manejan bien y te diviertes.

Bueno, llegamos en 2 tuk tuks a khaosan road y almorzamos en un restaurante veggie. Estaba rico. Anca se pidió unos panqueques de postre que venían con una salsa de chocolate hershey's vegana y la agité para probar y me manché toda la ropa. Estaba muy líquida...
Había que cruzar khaosan road para llegar a la zona de los templos. Como ya habíamos hecho compras ahí el día anterior y sabíamos lo atrapadora que es esa calle, nos propusimos hacer un voto: "caminar sin parar a comprar, mirar ni preguntar nada" así que cruzamos esas 3 o 4 agitadoras cuadras rápido, caminamos un poco más y llegamos al Palacio del Rey, pero antes fuimos al mercado de frutas de al lado, compramos algunas cosas y volvimos.

Había muchísima gente entrando, demasiada, y hubo un par de problemas con el palacio del rey:
1) había que vestirse apropiadamente ---> no shorts, faldas y polos escotados. 3 de los chicos no calificaban. 2) para mi, la entrada era bien cara: 500 bahts, como 17 dólares. Sólo para ver el palacio del rey... Bueno la verdad a mi la realeza me inspira tanto como ver un partido de fútbol... o sea no mucho, y no pienso darle más plata al rey y no lo hice. Dicen que el castillo tiene mucho mucho oro y además hay un Buda gigante hecho de esmeralda.
Entonces decidimos ir a los otros templos, al templo donde está en Buda recostado, se llama el Wat Pho. Llegamos.
Ahí dentro habían muchísimas cosas que ver, y muy bonitas:


  


  



Este buda era gigantesco, era muy difícil tomarle un foto de cuerpo completo.
A mi cámara se le había acabado la batería así que esto fue lo que pude sacar con mi celular.
Farid intentó pedirle a una chica que nos tome una foto a todos juntos, y la chica dijo algo como "sorry, but I have to..." e hizo un gesto como de que -mejor me voy corriendo- con cara de miedo, y se fue. Fue muy chistoso.
El lugar era mágico, todo era bonito. Y todo estaba lleno de arte, las paredes, los techos, todo tenía diseños increíbles súper detallados y completos.
 Me llamó la atención ver que los
 
 dibujos estaban hechos sin perspectiva. Es muy extraño ver los tamaños de las cosas así.
Después del Buda echado salimos y nos despedimos de Zsolt y Anca, que tenían que salir corriendo para tomar su vuelo.
 


















Descansamos un rato y seguimos.
En este sitio habían muchos templos, mini templos, budas grandes, budas gigantes y budas pequeños por todos lados, y todos estaban hechos con una dedicación y belleza increíbles.






Un gato

Oootro gato...










En uno de esos templos hicimos una meditación y fue increíble. Luego entramos a otro templo, que parece que era el principal, del lado izquierdo era la entrada de los monjes y del derecho del resto. Entramos, meditamos un rato y de pronto sonó una campanita y empezaron todos a cantar, duró como media hora y fue como recargar las baterías al 100%, fue increíble. Esos templos no son solamente como "museos" sino que están activos y los budistas van y hacen sus prácticas todos los días y uno puede presenciarlo, eso es mágico. 
Estábamos todos súper relajados y felices, fue como dar una pausa al ajetreo de correr de un lado a otro, de un templo a otro.
Nos sentimos tan bien que nos dimos un abrazo grupal en círculo. Alguien que pasó se rió de nosotros... :)






Nos fuimos del Wat Pho y estaba oscureciendo. Tomamos una lancha para llegar a un pequeño mall. Comimos un postre y nos fuimos a casa... cuando de pronto en el taxi, Farid, quien siempre estaba conectado coordinando con los demás, nos dijo que Sekar estaba por bangkok un par de días más y solo estaría disponible solo esa noche, pues tenía cosas que hacer luego, así que fuimos a verla. Nos dijo que la esperáramos en el Hotel no sé cuántos. Le dijimos al taxista y de pronto llegamos a un Palacio. No era el palacio del rey, era el hotel de Sekar. Nos dijo que la esperáramos en recepción, que ella ya llegaba. Nosotros estábamos pues sucios, cansados, y yo encima tenía la mitad de mi ropa con chocolate, y nos dio un poco de vergüenza estar en semejante hotel. Nunca había pisado un lugar tan lujoso. Llegó Sekar con una amiga. Parece que la amiga era la que estaba hospedándose en el hotel y la estaba alojando.
Dado el panorama, nos fuimos a otro lugar súper ficho a tomarnos algo, como para estar a la altura. Fuimos al rascacielos de Sofitel, al Rooftop lounge al piso creo que 39. Fue bonito, conversamos con Sekar, nos contó sobre la película en la que acababa de actuar como protagonista. Nos tomamos unos tragos vírgenes, no era taan caro. La vista era maravillosa, estábamos altísimo.
Nos despedimos de Sekar, adorable chica, y nos regresamos al hotel caminando, pues estábamos cerca, y dormimos. Esta vez no pasamos por el pasaje gay....

Día III

Nos despertamos, Farid y yo hicimos check out (Rafa había reservado como 13 noches ahí). Habíamos decidido viajar al norte de Tailandia, a Chiang Mai, que queda a 11 horas, este día en la tarde/noche. Por eso era que estos primeros 3 días habían sido tan intensos. Annia (o anya) era una chica/chico (ladyboy) que nos vendió el pasaje Bangkok-Chiang Mai y nos trató muy bien, así que nos fuimos con las maletas en un taxi hasta la agencia de viajes de Annia para que nos las guardara unas horas hasta que viajemos. Luego nos encontramos con Salwa y Kali y desayunamos buenazo en un restaurante vegano, al estilo árabe, su rico hummus de garbanzo con panes pita...
Fuimos al mercado de amuletos. Era una larga calle donde vendían muchísimos budas, buditas, dijes para collares, de todo tipo de amuletos y todo súper barato.

Luego fuimos al Golden mount, un sitio bien bonito, lleno de campanas y gongs, vas subiendo, llegas a la cima y hay un mirador. Hicimos una meditación arriba y luego cuando bajamos nos depedimos de Salwa y Kalina, que tenían su vuelo ese día.


Enseguida vimos unas tienditas donde vendían cosas de madera muy bonitas y baratas. Luego seguimos caminando y vimos en una esquina un lugar donde fabricaban (y estaban fabricando) cuencos. No eran cuencos tibetanos, no eran de 7 metales, sino solo de hierro y no sonaban taan bien, pero igual fue interesante verlos.
Luego pasamos por una calle donde vendían Budas gigantes, como de 2 metros a más, algunos ocupaban parte de la vereda. Farid compró unas cosas (pequeñas) y luego tomamos un taxi, cuyo chofer era el maestro Roshi, y nos llevó a otro templo, que ya no me acuerdo cómo se llamaba.










Pero también habían muchos budas. En la puerta había una señora que vendía como unas humitas pero de sticky rice. El sticky rice es un postre buenazo que comen en tailandia, que básicamente es arroz dulce (no es arroz con leche) y comimos muchos.







Luego apareció esta salita con este tremendo djembé. Era inmenso. Y no solo estaba esta percusión, sino habían otros dos tambores al lado. No sonaban mal, así que nos pusimos a hacer música, salió una batucada bien bacán.







A la salida, le compramos a la señora como 10 de estas "humitas/sticky rice" para el viaje. Regresamos a Khaosan road para ir a la agencia y nos agarró una súper lluvia. Llegamos a la agencia, recogimos nuestras cosas, se nos unió a la aventura Gaby, una chica de Argentina, y nos despedimos de nuestra amiga Catherine, pues ella se quedaba todavía por ahí.
Nosotros pensábamos que un bus iba a aparecer y recogernos, pero no. Tuvimos que caminar/correr como por 15 minutos bajo la lluvia, pasando por callejones muy bizarros donde habían cocinas/restaurant al paso (o sea pasabas al lado del cheff con su wok), donde vimos como 5 perros parados en una banca (como que no les dejaban tocar el piso, no sé por qué, era raro) y lo más raro de todo, pasamos por en medio de una escuela de muay thai, pasamos al lado de un ring donde había un gringo gordo, sudando, practicando con su maestro tai. También pasamos por un barrio súper bonito donde habían muchos árboles y bares con sus mesitas en la vereda, muy pintoresco, muy europeo.
Fueron muchas imágenes, todo fue muy rápido, hasta que llegamos a la terminal de ese bus súper barato. Esperamos unos 10 minutos, vino el bus y nos subimos.
Estuvimos recapitulando con Farid todo lo que habíamos hecho en esos 3 días, recordamos cada detalle y nos dimos cuenta que habíamos estado corriendo todo el día y que nos tocaba descansar. Descansar y bajar el ritmo en Chiang Mai. Así que dormimos

Día IV

A eso de las 5am paramos en uno de estos supermercados que habían al paso, pensando que íbamos a comprar. Pero nos dijeron "OK, Chiang mai" refiriéndose a que ya habíamos llegado. Todos estábamos medio somnolientos, nos despertaron para decirnos que teníamos que subirnos a un tuk tuk que nos llevaría al centro, y que había que pagar 70 baht cada uno. Muchos protestamos, diciendo que cómo nos iban a dejar acá en el medio de la nada, y cobrarnos para llegar donde nos hubieran tenido que dejar. Lo único que pudimos hacer es regatear a 60 baht cada uno. En fin, era eso o quedarnos ahí botados. Así que nos subimos y en el camino, Farid buscó en su librito de viajeros dónde podíamos quedarnos, y caímos a J&J guesthouse. Era barato, costaba como 100 baht por persona. Hicimos check in, tomamos una siesta y nos bañamos. Cuando salí de la ducha, Farid había sacado todas las cosas de su maleta porque no encontraba su plata.
"Me faltan como 700 dólares..." Pucha, parece que le habían abierto la maleta en el otro hostal. Le pregunté detalles y me dijo que estaba en un sobrecito guardado en su mochila. Enseguida me acordé que yo también tenía un sobrecito con dólares en mi mochila, y cuando fui a ver, tampoco estaban...
Nos habían abierto las maletas a los 2 en el hostal en bangkok."Thieves the hostel".... Se habían llevado casi 1000 dólares entre los 2. Nos quedamos fríos, y lo peor era que era lo último que me quedaba... Menos mal tengo unos amigos y una familia maravillosos que me ayudaron a reponer la plata, sin ellos la historia hubiera sido mucho más trágica.
Así que nos dijimos: "bueno ya fue, sonriamos, vayamos a visitar lugares, templos, menos mal no nos hicieron nada" y salimos a conocer Chiang Mai, con las pilas puestas.
Chiang Mai es una ciudad hermosa, bastante pequeña. La ciudad antigua, que es como se le conoce al centro, estuvo rodeada de unas paredes, como una fortaleza y en la actualidad aún quedan varios arcos antiguos, grandes entradas bien bonitas, majestuosas. Un río de forma cuadrada rodea la ciudadela y le da una vista bonita.
No hay tanta gente como en bangkok, es bastante tranquila, aunque de todos modos hay bastante turismo. Lo primero que vimos al salir del hostal era un sitio donde alquilaban bicis y motos, súper barato (40 baht por día). Todo es mucho más barato.









Este templo era impresionante, era solo una salita pero todas las paredes estaban completamente pintadas con estos impresionantes dibujos, que relataban historias y leyendas de las épocas del buda.




Y habían hermosas Stupas en todos lados 




Este buda era de oro. O al menos la parte externa estaba cubiera de laminitas de oro. Me quedé con ganas de pegarle una pero nadie vendía esas laminitas de oro.



Acá también tuvimos una meditación profunda

Este era uno de los templos más grandes e importantes de Chiang Mai, y evidentemente era muy antiguo. y aún seguía -parcialmente- con vida



Caminamos un poco y nos dimos cuenta que más o menos en cada cuadra había un templo metido en medio de, por ejemplo, un café y una tienda. A veces habían 2 templos en la misma cuadra. Era muy bonito encontrarse con Stupas por todos lados. Creo que cuando vi en el mapa conté como 30 templos dentro de la ciudad antigua, del centro. Y muchas veces cada templo tenía 3 o 4 Stupas.
Caminamos solo por una calle y visitamos 3 o 4 templos y ya se nos había acabado el día.









Fuimos a almorzar por ahí y estábamos tan cansados que de regreso nos fuimos directo a hacernos un tai massage. Fue espectacular, habíamos caminado taaanto... lo necesitábamos.


Nos hicimos un súper tai massage

Y terminé muy relajado
Luego caminamos por el mercado nocturno y nos dimos cuenta que las cosas costaban casi la mitad que en bangkok. Me detuve unos minutos para tocar quena un ratito. Este mercado era interminable, vimos una banda tocando covers de gun's n roses, con un cantante tai igualito a Slash, súper loco. Los chicos compraron algunas cosas y nos regresamos al hostal a dormir.

Día V

En el mapa de la ciudad decía que había un mercado de cosas de segunda mano. Así que alquilamos 4 bicis y nos fuimos para allá. Cuando llegamos a dicha calle, no había nada, nignún mercado ni gente. Fuimos a desayunar y a verificar y preguntar. Habían 2 versiones, parece que ese mercado empezaba a las 4 o 5pm o justo ese día no había. Lo bueno es que en el mapa también decía que había un "Saturday market" y estaba cerca del hostal. Fuimos con las bicis camino al hostal pero antes nos detuvimos a almorzar un poco de thai food en el camino, estaba buenazo y no tan picante.
El mercado de los sábados empezaba a las 4pm y eran como las 3pm. Así que Farid nos pidió que lo acompañáramos a comprar un cable para cargar su celular. Así que nos fuimos a una de estas tiendas grandes donde venden todo tipo de cosas electrónicas, televisores, refris, compus, radios, etc etc y nos entretuvimos ahí mientras Farid solucionaba lo del cable.
Cuando terminamos ya era la hora del mercado y fuimos con las bicis. Unos policías nos dijeron: "no bicycle" así que fuimos a encadenarlas a unas rejas por ahí. Cuando terminamos de hacerlo, empezó una lluvia torrencial. Nos sentamos bajo una sombra y meditamos como 20 minutos, hasta que pasó la lluvia. Este mercado también era sobre una larga calle y era interminable. Habían muchísimas cosas muy bonitas y muy muy baratas. Habían muchos músicos callejeros virtuosísimos, había una banda de cieguitos tocando en el suelo, con baldes y demás cosas que tocaban muy bien. También había una niña como de 9 o 10 años con una guitarra y un micrófono que cantaba espectacular. Compramos muchas cosas y perdí a los chicos de vista, traté de buscarlos y cuando me cansé, me puse a tocar, a la gente le gustó mucho. Llegaron y nos fuimos de regreso en las bicis al hostal.
Ese día era 29 de agosto, y el plan era recibir mi cumple en un bar rasta que habíamos visto en el camino. Así que salimos del hostal, a pocos minutos de las 12, y caminamos bastante hasta que llegamos al bar rasta y justo dieron las 12.

Día VI

Había una banda que estaba tocando rockabilly muy bien, y una de esas canciones fue la que recibió mi cumple, los chicos me saludaron, fue bonito. Luego estuvimos bailando todos, fue increíble, no escuchábamos música hacía mucho tiempo y menos en vivo, y esta banda era increíble y estában tocando el mejor rock and roll, el más sabroso. Terminaron de tocar, nos sentamos a tomar algo y Gaby derramó el mojito en la cabeza de una chica muy linda que estaba ahí. Pero dada la distribución de lugares, parecía que había sido yo, pues estaba más cerca.
Le pedí disculpas, no se molestó en lo absoluto, y nos pusimos a conversar. Era una inglesa, que estaba con todos sus amigos tai tatuadores y artistas, ella también era una y se había mudado hace algunos meses a Chiang Mai, pero había estado muchas veces antes. Se llamaba Bianca. Nos empezó a hablar de mil cosas, era una enciclopedia. Nos enseñó sus tatuajes, nos enseñó su celular con los tatuajes que había hecho, muy muy buena artista. Nos enseñó mucho tailandés, sabía mucho pues estaba en clases.
Nos contó que ella era meditadora y que enseñaba metafísica, que tenía una alergia a la cerveza, bla bla bla y mil cosas más. Le ofreció a Farid hacerle un tatuaje a mitad de precio y se lo pensó. Mientras tanto Gaby se había ido con los chicos tai, quienes estaban muy interesados en ella, y creo que incluso uno le pidió casarse con ella y le dio un anillo hecho de una lata de cerveza, o algo así, fue divertido.
Bueno, nos despedimos y nos fuimos a casa a dormir. Fue (el inicio de) un cumpleaños bonito.
Nos despertamos, renovamos el alquiler de bicis y nos fuimos a una tienda que habíamos visto donde vendían cosas de Nepal. Compramos varias cosas, la tienda era hermosísima, las cosas que vendían eran muy diferentes a las cosas tailandesas.







Como los fines de semana los templos están cerrados, decidimos que queríamos ver elefantes y osos pandas y habían 2 opciones. Una que era un paquete full day, etc super caro y el zoológico. Así que decidimos ir al zoológico. Fuimos en bici, eran como 10 km, no era tan lejos pero hacía un calor infernal, seguramente pasaba los 35 grados. Gaby nos acompañó la primera parte pero luego ya no pudo más y tuvo que subirse a un tuk tuk. Llegamos al zoológico (al mismo tiempo) y nos montamos en un bus que hacía un tour. Primero vimos a un elefante súper lindo y le dimos de comer, parecía triste.





Luego cuando llegamos al lugar del panda, Farid se dio cuenta que no tenía su mochila y se fue corriendo detrás del bus del zoológico, hasta que 15 minutos después volvió con la mochila, la había dejado en la puerta del zoo. Mientras Farid no llegaba aprovechamos en ver al león blanco.

















Entramos a ver a los pandas, habían 2 y estaban súper relajados, como dirían los tai, estaban muy sabai y no se despertaron, uno se movió una vez.



Luego tratamos de ver a los felinos pero se habían escondido, solo alcanzamos a oir los rugidos del león.
Pasó una camioneta por ahí y le pedimos al chofer si nos podía jalar y dijo que sí, así que nos hizo un recorrido del zoo, nos bajamos en algunos puntos, como para ver a un rinoceronte. Para ese entonces, me estaba sintiendo mal, no de salud, sino de pena, de ver a tantos animales tan tristes, encarcelados, así que les dije a los chicos si podíamos ir rápido. Cuando terminó el tour, en la salida, había una pequeña sala para los musulmanes, donde podrían hacer sus rezos y prácticas. Aprovechamos que estaban vacías y entramos a meditar ahí, una media hora. Lo necesitábamos.
Nos volvimos a embarcar en las bicis y fuimos al hostal. Justo antes de llegar, vimos que había misa en uno de los templos, pues era domingo. Pero obviamente, era misa budista así que entramos y fue increíble. Escuchar los mantras y cánticos siempre es tan reconfortante y sanador. Meditamos ahí un rato y luego fuimos al mercado de los domingos, que estaba a la vuelta y aproveché en tocar un poco.

Caminé un poco y escuché que habían unos chicos tocando didgeridoo, medio escondidos, en una esquina, los saludé y estuve tocando un rato con ellos. Parece que estaban ensayando. Media hora después, se pusieron en la intersección de 2 calles, en el corazón del mercado, la gente se empezó a poner en círculo. Eran 6 chicos, 3 con didgeridoos, 2 con tambores y uno que tenía una guitarra (que en realidad no se escuchaba). Tenían un ampli y micro para los didges. Empezaron a tocar y tocaban increíble. Casi todos eran tai, excepto uno de los que tocaban didgeridoo, que según me dijeron, acababa de llegar a tailandia y se les había unido. Me senté a escucharlos y entré en un super mega ultra viaje, eran demasiado buenos, fue el mejor regalo de cumpleaños del mundo. Estaban vendiendo sus discos y se acabaron al toque, se llamaban Tu Ku y parece que siempre tocaban en el sunday night market, mercado de los domingos, realmente son unos genios.
Terminaron de tocar y encontré a los chicos, dimos una vuelta y nos fuimos a una especie de feria, otro mercado pero este mucho más popular, con mesas y sillas donde la gente comía. Había un gran escenario y una banda de ska/cumbia tai bien interesante. Los cantantes no cantaban bien, y el trompetista era muy malo, pero de alguna manera sonaba sabroso.



Aproveché para tomarme un smoothie de durián. A ver, el durián es una fruta muy controversial. Por fuera es súper agresiva, pues tiene unas súper espinas. Por dentro es crema/amarillento y huele fatal.
Hay muchos lugares donde ponen un símbolo que quiere decir "prohibido entrar con durian" y hasta te multan. Es muy invasivo.
Y bueno el sabor... Es dulce pero a la vez sabe como a cebolla. Es como una cebolla acaramelada hecha fruta. Lo cual es extraño, pues nadie se comería una cebolla como diciendo: "estoy comiendo fruta". A muchos no-tai les parece fatal, pero a mi me gustó. Y el smoothie estaba interesante, aunque se sentía pesado.



Nos comimos unos enrollados de primavera vegetarianos que habían por ahí, nos sentamos, pero luego nos sentimos un poco mal, pues todos nuestros sentidos estaban siendo violentados, con luces fuertes, música fuerte, olor a basura, pues ya estaba cerrando y la basura estaba al lado en bolsas y pues el sabor de esos enrollados... que no estaban tan buenos, típico mercado popular -sucio-. Farid estuvo al borde de explotar, o algo así... ese mercado era muy intenso. Regresamos al hotel a dormir.

Día VII

Nos levantamos tarde, dejamos las bicis, desayunamos y fuimos al correo de chiang mai. Queríamos saber cuánto costaba hacer un envío a Sudamérica, pues habíamos comprado muchas cosas y teníamos mucho equipaje extra. Pero salía muy caro, o sino demoraba como 3 meses, así que desistimos. Fui a hacerme un último tai massage de despedida, estuvo espectacular. Almorzamos juntos, fue nuestro almuerzo de despedida, pues los chicos (Gaby y Farid) se estaban yendo a Chiang Rai. Terminamos de comer y se embarcaron en un tuk tuk. Y nosotros nos fuimos a la estación de bus y tomamos un bus a Bangkok.

Día VIII

Llegamos a Bangkok, pero nos dejaron en la terminal de bus que estaba súper lejos del centro. Estaba como a 50 km al norte. Eran como las 5 o 6am. Así que tomamos un tuk tuk y luego tomamos en Sky Train, hasta que llegamos al hostal de Rafa, al mismo en el que nos habían robado. No tenía intenciones de poner una denuncia o quejarme o nada, pues no creo que nada se pueda hacer, además que es muy difícil hablar en ingles con un tai, y pues no quería que mi día se pusiera denso. Lo que sí hice fue entrar con todas mis maletotas, subir y descansar en la sala de entretenimientos que había. Dormí una siesta ahí. Fuimos con Rafa al mercado de amuletos donde hice las últimas compras. Regresamos al hostal, con intención de irme a la PIPO House y dormir por ahí, pues no quería pagar una noche y tampoco quería dormir en ese hostal de nuevo.

Pero nos demoramos mucho porque nos paralizó una lluvia fuertísima, además cuando llegamos al hostal estábamos muertos y no tenía ganas de moverme. La cosa es que los del hostal no se dieron cuenta que yo no tenía reserva ni nada y esa noche dormí en su sala de entretenimientos, en unos puffs súper cómodos. No tenía intención de pagarles un centavo si es que me reclamaban.




Día IX

Nos despertamos, salimos del hostal y ni se dieron cuenta. Ese era mi último día, mi vuelo salía a las 8pm. Tomamos un taxi y nos fuimos a la PIPO House, pues ahí habíamos dejado algunas cosas. El taxista no hablaba casi nada de inglés, y se equivocó mil veces, menos mal nos dimos cuenta y le reclamamos, pues el taxímetro cuenta todas las vueltas también. Pasamos 2 veces por el mismo lugar. Así que le pagamos lo justo. Llegamos, me di una ducha, reordené mi maleta, hicimos una meditación de una hora ahí. Nos encontramos con Katie, una chica ucraniana que trabaja ahí con PR, la saludamos, conversamos, nos tomamos un té, nos despedimos de ella y nos fuimos a la terminal de movilidades (van) que me llevaron al aeropuerto. Rafa se fue de vuelta a bangkok. En una hora llegué al aeropuerto, hice check in y voilà, volé.
Todo eso pasó en el viaje a Tailandia.
Gracias a Rafa, Farid y Gaby, hermosas personas con quienes compartimos la mayoría de los momentos, gracias a los que me apoyaron cuando me robaron, más hermosas personas aún :) gracias a todos, y gracias universo por ser tan generoso y abundante y espero que esto les inspire para ir a la aventura y viajar :)