jueves, 27 de septiembre de 2012

Dukkha

Las enfermedades se originan primero en la mente y luego se manifiestan en el cuerpo físico como dolores y demás.
Si la mente sufre, el cuerpo sufre.
Y cómo podemos saber qué fue lo que nos ocasionó tal o cual enfermedad o dolor? Ahí se va complicando, pero analizando muy en detalle, nos vamos a dar cuenta de que al fin y al cabo han sido nuestras acciones las que nos han traído ciertos resultados: satisfacciones, alegrías o frustraciones, molestias psicológicas y eso es denominado karma, la ley de causa y efecto.
Si yo traté mal a un compañero en el colegio y el asunto se quedó así sin resolver, en algún momento voy a cobrar eso, de alguna manera, quizás siga teniendo cierto rencor o rechazo hacia esa persona aún de grande y mientras yo tuve un futuro brillante, él se estancó y tuvo una serie de depresiones y malos momentos que yo originé en el pasado. Y todo eso se cobra, porque primero se generó en nuestra mente una serie de intenciones.
Y mientras más sigamos teniendo ese tipo de actitudes negativas hacia las personas o acciones no virtuosas, más el universo va a ocuparse de estabilizar la situación y de pronto te regala un dolor o una enfermedad... y uno se siente desdichado, como que por qué me pasan estas cosas a mi. Es porque lamentablemente aún no conoce el poder del Karma y todo lo que puede, y sería bueno que lo vaya conociendo, así no se enferma de nuevo porque de esta manera va aprendiendo que todo se origina con la intención de cada acción, cosa que hay que revisar siempre.
Y todos tenemos dolores psicológicos: ansias, depresiones, estrés, preocupaciones, frustraciones, rencores, envidias, molestias, porque todos somos humanos, y si no las tratamos con la debida seriedad, se pueden convertir en dolores físicos, enfermedades y no queremos eso. También los dolores psicológicos pueden ser mínimos, puede ser uno muy alegre y no enfermarse mucho, pero aún así sigue existiendo la insatisfacción fundamental con la cual vivimos todos, que es este sufrimiento mucho más sutil que se experimenta durante todas nuestras vidas, del cual habla el budismo (dukkha).
Quizás nos enfermamos y hemos hecho todo este análisis de nuestras acciones pasadas y vemos que ninguna ha sido tan grave como para ocasionar el estado actual, entonces debe ser un karma que estamos arrastrando de vidas pasadas y que ahora nos está tocando experimentar, y si se supera, habremos purificado este karma que nos asediaba por varias vidas e ir mejorando nuestra condición.

Pero en este mundo occidental cuando uno enferma, se hace ver, y lamentablemente se toma una pastilla como cura, la milagrosa pastilla, porque existe toda una comunidad científica y/o toda una mafia farmacéutica que se llena los bolsillos a costa de las enfermedades de las personas, que nisiquiera curan del todo porque siempre hay efectos secundarios, y como se está muy apurado corriendo de lado a lado no se tiene el tiempo ni la disposición de dedicar una buena porción de tiempo al bienestar de la salud integral, es decir, de gozar de una buena salud íntegra, incluyendo bienestar psicológico, uno acepta que la pastilla es el mejor tratamiento de entre todos los que existen, porque se lo dice un 'especialista'.
Y lo malo es que tampoco le dan a elegir muchas alternativas para tratar los males, cuando en realidad sí las hay, reflexología, medicina tradicional china, acupuntura, biomagnetismo, músicoterapia, masajes de mil tipos, etc y todas las demás terapias que tratan las energías sutiles del cuerpo, pero todo esto queda en segundo plano, y a veces uno ni se entera que existen.
Pero los ancestros han sabido todo esto desde siempre y aparentemente nosotros no los hemos escuchado mucho, cuando nos hablan de la buena alimentación, de cuidarse de las grasas, de cuidarse de los vicios, de las milagrosas hierbas que lo curan todo, de ciertas terapias, de los rituales para la prosperidad, para la protección, etc..
¿Cómo es entonces que la medicina tradicional puede curar y prevenir tantas enfermedades sin tener efectos secundarios? Porque es una sabiduría de nuestros ancestros que viene de generación en generación y aún se mantiene. Ellos saben que todo lo que nos brinda la naturaleza sirve para algo, las hierbas medicinales por ejemplo, tienen vida, tienen toda una historia y antecedentes y tienen efectos benéficos en la salud, cada una para tratar distintos órganos. Saben que nuestras enfermedades son generadas por las mismas causas que en el pasado, principalmente por ignorancia, apegos o ansias.

Si no estuviéramos dentro del Samsara, o sea si hubiéramos trascendido el sufrimiento o insatisfacción fundamental y fuéramos omniscientes, o sea Budas, entenderíamos el origen de todos los fenómenos y ya no habría manera alguna de enfermarnos, porque sabríamos por donde ir y por dónde no ir y no tendríamos ya dolores psicológicos que no asedien.
Igualmente, no siendo Budas, simplemente analizando nuestras acciones y nuestras intenciones, podemos ver por dónde estamos yendo, si estamos generando buen karma o no, si estamos invocando enfermedades o si las estamos remediando; todo está en la mente, si vamos encontrando nuestra naturaleza primordial, nuestra budeidad y vamos analizando que todo lo que no somos nosotros son apegos, podemos ir purificando estos aspectos mentales hasta que poco a poco vayamos disminuyendo los dolores psicológicos y potenciales enfermedades, hasta que ya no haya nada que purificar.

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