martes, 23 de noviembre de 2010

Juzgar

Puede llegar a ser difícil conocer a una persona, saber sus intenciones, o simplemente hacerse una idea rápida de cómo es.
Hay gente predecible y hay que no lo es, gente introvertida o extrovertida, gente con cierto talento oculto (la mayoría) o sin, gente que todavía no ha abierto los ojos, gente que sí, gente agresiva o no, pero en todo caso, para tener una mejor idea de cómo es, hay una herramienta muy poderosa, que nunca miente, el alcohol.

Cuando cualquier persona está borracha, como en cierto modo es el alma quien responde, se vuelve mucho más sencilla la cuestión, claro, si se analiza cada movimiento y pensamiento, es más fácil saber de qué clase de persona se trata y saber en qué estado de ánimo se encuentra, y luego poder seguir deduciendo cosas implícitas de su carácter (ya sé que lo que estoy diciendo es muy obvio, pero estoy tratando de llegar a un punto).
Por ejemplo en una discoteca, o fiesta, o en realidad en cualquier ocasión que implique otros invitados, una buena manera de analizar a la gente es cuando te vas al baño (de los que no son para 1) y te encuentras con gente que también está en la mierda como tú.
Pueden pasar distintas cosas, dependiendo de tu estado de ánimo, o sea, de cómo te sientes, de tu grado de borrachera y de los de las otras personas.

Si eres de los mecheritos, obviamente vas a tratar de incitar al otro a que te mire o hacer cualquier estupidez para llamar su atención y poder decirle 'justificadamente': "qué chucha me miras" y bueno te mechaste, el problema, tú.
Si eres de los indiferentes, vas a hacerte un poco el de la vista gorda, vas únicamente a cumplir tu objetivo, tratando de no meterte en problemas, meas y te vas, no pasó nada, no hubo problema.
Si eres de los que se empilan con todo y está feliz, vas a ir al baño quizás cantando o bailando, y de alguna manera vas a terminar hablando con el que está meando a tu costado, transmitiéndole un poco tu buena onda, si él también lo está, en cierto modo. Sí pasó algo, hiciste un amigo, y en vez ocasionar problema, conseguiste algo provechoso.

De hecho que hay muchos más casos, solo estoy analizando la escencia de esto, pero básicamente se reducen a estos tres casos, que como yo lo veo es, gente infeliz, gente relajada y gente feliz (cada uno en el grado que le corresponda, eso no lo sé).

A lo que quería llegar es, justamente, que si se tiene buen criterio, uno puede juzgar (debidamente) a la gente por sus palabras y acciones, por pocas que sean, y hacerse un panorama de cómo es el otro, no necesariamente si está borracha, sino que lo ponía como ejemplo porque como el alma del borracho exalta los sentidos, dice la verdad, entonces se puede estar más seguro de si es cierto lo que piensas del otro. También se facilita el saber cuándo esta persona miente, y poder prevenirlo.

Así tomar medidas del caso, como por ejemplo, ser mas mesurado en ciertos comentarios cuando el otro está irritado, o saber poder anticipar un puñete en la cara, o sacarle provecho a ciertas situaciones que otros verían como aburridas (o que no pasa nada) o que simplemente no pase nada.

Hay quienes dicen que no se juzga a la gente, dicho sea de paso, los conservadores... Yo no les hago caso porque creo que mis juicios tienen fundamento, claro pero en todo momento hay que evaluar si estos son válidos, TODOS nosotros.

2 comentarios:

  1. Yo creo que es imposible juzgar a la gente... nunca jamas vas a llegar a conocer a alguien lo suficiente para saber lo que pasa por su cabeza o meterte en su subjetividad (su forma de interpretar la realidad)

    Creo que lo que tu te refieres es a que se puede clasificar a la gente. Esto es posible porque la gente es infinita y las conductas NO.

    ResponderEliminar
  2. Claro, clasificarlas, pero al clasificarlas no las estás juzgando?
    Entonces estás juzgando....

    ResponderEliminar